Los textos de la Historia


Texto nº 1

LA IBERIA PREHISTÓRICA
. Por Juan Luis Arsuaga.  (Jueves 30 de Abril, 2009. Publicado en El País Semanal)


“Decía Rainer Maria Rilke que la infancia es la patria del hombre. De ahí venimos y ahí permanecemos un poco para siempre. Es verdad. Pero también es cierto que la patria de todo ser humano es la Prehistoria. También venimos de ahí, porque somos en gran medida lo que hemos sido a lo largo del dilatado proceso evolutivo que empezó hace más de 3.500 millones de años. Mucho más recientemente aparecieron los primeros homínidos, en África hace unos siete millones de años, y hace “tan sólo” unos 180.000 años nos parió la Tierra, también en África, a los humanos actuales, los orgullosos y a veces insensatos miembros de la especie “Homo sapiens”.
 

A los primeros homínidos africanos difícilmente podemos calificarlos de humanos, aunque sean antepasados nuestros, porque no tenían muchos de los atributos que nos distinguen de los demás primates y nos hacen únicos. Ni siquiera cuando se pusieron de pie, hace quizás seis millones de años, eran radicalmente diferentes de nuestros parientes los chimpancés. Vivían como ellos en los bosques y se alimentaban de frutos maduros y de hojas y tallos tiernos. Eran todavía una rama más del árbol de los grandes monos.


Hubo, más adelante, grandes cambios en la geografía y en el clima de África que afectaron también a nuestros antepasados, que se fueron adaptando a nuevos ambientes, más abiertos, y a nuevos recursos. Con el tiempo su cerebro creció, incorporaron la carne a la alimentación, y aprendieron a tallar la piedra para sustituir con la tecnología lo que les negaba su morfología: la capacidad para machacar y rasgar. Estos homínidos eran de talla pequeña, comparada con la nuestra. No alcanzaban mucha más altura que los chimpancés puestos de pie.

Finalmente, los homínidos, hace cerca de dos millones de años, ya tenían un aspecto y una estatura que nos harían exclamar si los viéramos: ¡humanos! Fueron ellos los que salieron de África para poblar, por primera vez, Europa. Y aquí comienza nuestro viaje a la Iberia más profunda, la de los padres de los padres de nuestros padres.

Nos hemos acostumbrado a un hecho que, si bien se mira, es prodigioso. Resulta que la Tierra tiene memoria, que conserva recuerdos de los acontecimientos que se han producido en ella desde que se formó, de los cambios que han afectado a sus rocas, a su relieve y a los seres vivos que la han habitado a lo largo de la inmensidad del tiempo geológico. A sus paisajes, en definitiva. Y es en esos archivos donde los prehistoriadores -paleontólogos y arqueólogos-, buscamos los rastros de nuestros predecesores. Afortunadamente, la memoria de la Península Ibérica es larga y extraordinariamente completa. Los prehistoriadores españoles somos muy afortunados.

Los primeros indicios de presencia humana en nuestro solar vienen del sur, de Granada, más concretamente de la comarca de Orce, donde en un par de yacimientos se han excavado utensilios de piedra de 1,3 millones de años de antigüedad. La cuenca de Guadix-Baza, a la que pertenecen estos yacimientos, es riquísima en vestigios arqueológicos y paleontológicos, pero además el campo es de una impresionante belleza, áspera y desolada, que tiene mucho de salvaje y de ancestral. Merece la pena, desde luego, recorrer y sentir estos paisajes.

Es posible que hubiera humanos antes de 1,3 millones de años en la Península, porque en el yacimiento de Dmanisi, al sur del Caúcaso, en Georgia, se han recuperado unos cráneos espléndidos de hace 1.800.000 años. Estos fósiles son de unos humanos muy arcaicos, para los que se ha creado la nueva especie “Homo georgicus”. Tal vez el Homo georgicus llegara hasta nuestras tierras, aunque no es, ni mucho menos, seguro.

Pero donde sí podemos encontrarnos cara a cara con europeos muy antiguos es en el yacimiento de la Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca. Este hallazgo nos mantiene en vilo desde el año 1994, cuando un pequeño sondeo nos llevó hasta el nivel 6 de la estratigrafía de la cueva. Allí aparecieron los restos óseos de media docena de personas, muy fragmentados y con marcas de corte. Dos niños, un preadolescente, un adolescente y dos adultos muy jóvenes habían sido consumidos en ese lugar por otros humanos. No hay, en principio, razones para creer que se tratara de un canibalismo de tipo ritual. Si no pensamos que los ciervos y caballos que aparecen mezclados con los fósiles humanos en el yacimiento fueran consumidos ritualmente, tampoco hay por qué pensarlo de los humanos.

Para estos primeros restos europeos se ha creado la especie “Homo antecessor”. Aún no sabemos mucho de ella, porque la mayor parte del yacimiento está por excavar, pero tiene rasgos mucho más modernos que los del “Homo georgicus”. O sea, son mucho más parecidos a nosotros que los fósiles georgianos, y no es de extrañar porque entre unos y otros habían transcurrido 800.000 años de evolución. Me he atrevido antes a llamar personas a los homínidos de la Gran Dolina y ahora quisiera extenderme un poco más sobre el tema. Físicamente, es decir “por fuera”, se parecían indudablemente mucho más a nosotros que a los chimpancés. Pero no todos los expertos admitirían sin más que cuanto más parecido sea a nosotros un homínido fósil “por fuera”, más lo será “por dentro”. Y me estoy refiriendo a sus capacidades mentales.

Los humanos de la especie “Homo sapiens” nos diferenciamos mucho de los demás animales en la mente, por utilizar un término que entiende todo el mundo. Tenemos ciertas capacidades cognitivas que no se encuentran en absoluto, o apenas están desarrolladas, incluso en nuestros parientes más cercanos. Para empezar somos conscientes de nuestra propia existencia, y de la existencia de los demás. Y también sabemos que los demás tienen una mente como la nuestra, e intentamos leerla para anticiparnos a sus actos, o para que se adhieran a nuestros proyectos, o simplemente para engañarlos. Además podemos imaginarnos el futuro, o los posibles futuros, e intentar planificar nuestra vida a largo plazo. A veces las cosas no salen como habíamos imaginado, pero al menos tratamos de evitar futuros indeseables y ponemos los medios para que no ocurran. Nuestra mente es, además, capaz de crear símbolos, a través de los cuales nos comunicamos. Es a eso a lo que llamamos lenguaje humano. Y además tenemos una infancia muy larga, que supone un prolongado periodo de aprendizaje, nos organizamos en grupos en los que todos los individuos cooperan entre sí, y somos capaces de fabricar instrumentos muy complicados.

Nos gustaría mucho a los prehistoriadores saber cuándo surgieron estas facultades en la evolución humana, pero es mucho más fácil reconstruir a las especies fósiles “por fuera” que “por dentro”. La “Paleontología Cognitiva” es una disciplina con muchos problemas.

Hay, afortunadamente, un yacimiento en la Sierra de Atapuerca que nos puede ayudar en esa investigación acerca de la evolución de las capacidades cognitivas. Se llama la Sima de los Huesos, y contiene los esqueletos completos de una treintena de humanos, que van siendo recuperados poco a poco. Su antigüedad ha sido establecida en unos 400.000 años y la especie a la que pertenecen se llama “Homo heidelbergensis”. Eran unos humanos terriblemente fuertes, mucho más que nosotros; más anchos y más musculosos. Algunos tienen señales de haber recibido golpes fuertes en la cabeza, pero prácticamente no hay huesos del cuerpo con fracturas curadas; es decir, que se rompieran en vida y que luego se soldaran. Como no es posible imaginar que nadie se partiera jamás un brazo, una pierna o la cadera, hay que deducir más bien que no sobrevivían a esos traumatismos graves. Debían de ser poblaciones muy móviles y sometidas a pruebas muy duras, que raramente superarían los que se accidentaran gravemente.

El cerebro de los humanos de la Sima se acercaba ya en tamaño al nuestro, aunque todavía la media era más baja. Como además pesaban más que nosotros, su cerebro resultaba claramente inferior en proporción. No serían por tanto mentalmente como nosotros, pero ¿podemos llamarlos ya personas? Quizás la respuesta se encuentre en el propio yacimiento, porque pensamos que los cadáveres los depositaron en aquel oscuro rincón de la Cueva Mayor otros humanos como ellos. Se trataría así de una práctica funeraria, que posiblemente esté conectada a alguna idea o creencia compartida por todo el grupo. Junto con los cadáveres se ha encontrado una extraña y bella hacha de mano de color rojo, que podría interpretarse como una ofrenda.

También pensamos que aquellos humanos eran cooperativos. Esto lo deducimos de las escasas diferencias de tamaño que había entre hombres y mujeres. En los gorilas, por ejemplo, hay grandes diferencias de corpulencia entre los dos sexos, y los machos adultos no se toleran entre sí. Por eso son tan fuertes, porque tienen que combatir unos con otros.

Un aspecto muy importante del estudio de los homínidos fósiles es el del lugar que éstos ocupaban en sus ecosistemas. Lo que hoy se llama el nicho ecológico. ¿Era la población de la Sima básicamente recolectora de frutos y otros productos vegetales, y un poco carroñera? ¿O eran, además de recolectores y carroñeros, cazadores poderosos capaces de abatir grandes presas? ¿Competían en igualdad de condiciones con el lobo, la hiena y el león, los otros grandes depredadores sociales de la época?

Hay un espléndido paraje soriano, cerca de Medinaceli, donde se han producido importantes batallas científicas por esta cuestión de la economía de los hombres prehistóricos más antiguos. En los yacimientos de Torralba y Ambrona se han encontrado muchos esqueletos de los grandes elefantes de defensas rectas. Su antigüedad es un poco inferior a la de la Sima de los Huesos, pero el tipo humano que poblaba entonces la meseta era básicamente el mismo. Algunos autores han creído que en aquellos páramos sorianos, entonces tierras pantanosas, los humanos organizaban grandes cacerías de proboscidios. Es ésta posiblemente una visión demasiado optimista de las capacidades cinegéticas de los hombres prehistóricos, e incluso de los cazadores modernos antes de las armas de fuego.

Pero que humanos como los de la Sima de los Huesos no dieran batidas de elefantes no los convierte, a mi juicio, en los más humildes de los carroñeros, porque tampoco los leones cazan elefantes en la plenitud de su vigor. Yo pienso que aquellos humanos eran muy poderosos físicamente, disponían de largas lanzas de puntas muy agudas, eran listos y estaban bien organizados. Se encontrarían por lo tanto en lo más alto de la pirámide ecológica, con la ventaja adicional sobre los carnívoros estrictos de que también sabrían aprovechar los frutos que deparan nuestros bosques a finales del verano y en el otoño. En todo caso, hay que ir a Ambrona a ver esos esqueletos de elefante y a sentir el viento de la paramera en la cara.
 
Los humanos que vienen después en este paseo por la Iberia más profunda son los neandertales. Siempre aclaro que no son unos humanos antiguos, o por lo menos no más antiguos que nosotros, porque se originaron más o menos a la vez. Solo que ellos lo hicieron en Europa y nosotros en África. Hace 150.000 años ya podemos hablar de “Homo neanderthalensis” y de “Homo sapiens” como dos especies que coexistían, pero que aún no convivían. El registro paleontológico y arqueológico de los neandertales de la Península Ibérica es muy importante. Hay fósiles en las cuevas de El Sidrón (Asturias), en Cova Negra (Valencia), en Zafarraya (Málaga), en La Carihuela (Granada) y en muchos sitios más. Los últimos neandertales desaparecieron hace unos 30.000 años, quizás incluso algo menos, y parece que se extinguieron antes en el norte que en el mundo mediterráneo. El cráneo más completo procede de un yacimiento de Gibraltar, y es uno de los primeros restos que se conocieron de esta especie. Vivían los neandertales gibraltareños muy cerca de la costa, y en ocasiones explotaban los recursos marinos. El paisaje de sus correrías no sería muy diferente al del actual Coto de Doñana, por lo que ya tenemos los aficionados a la Prehistoria una estupenda excusa para visitar este rincón de naturaleza salvaje, tan lleno de vida hoy como pleno de oportunidades para los neandertales en el pasado.

Los neandertales ya no están aquí, y su extinción coincide con la llegada del “Homo sapiens” a Europa. O mejor dicho, se produce en los milenios que siguieron a la llegada de los cromañones (los representantes paleolíticos del “Homo sapiens”) a nuestro continente. Yo creo que la razón por la que ya no hay neandertales es porque nosotros los desplazamos. Eso no quiere decir que hubiera grandes peleas, pero sí que competían por los recursos disponibles en el medio. La competencia entre dos especies es tanto más intensa cuanto más parecidos son sus nichos ecológicos. Por eso precisamente, pienso yo, los cromañones y los neandertales eran incompatibles. No porque sus economías fueran muy diferentes, sino porque coincidían casi en todo.

Está claro que los europeos no descendemos de los neandertales, pero pudo, en principio, haberse dado algún caso de mestizaje si eran genéticamente compatibles (en cuyo caso no serían diferentes especies). En mi opinión, tal cosa no ocurrió nunca o casi nunca.

El capítulo de la convivencia entre neandertales y cromañones en la Península Ibérica es fascinante, pero el que viene luego es deslumbrador. Para empezar el clima se hizo muy frío, despiadadamente frío podríamos decir, y el paisaje cambió completamente. Eran tiempos duros en los que los icebergs se paseaban por nuestros litorales cantábricos y atlánticos. Como había mucha agua congelada en forma de hielo en el planeta, el nivel del mar estaba más de cien metros por debajo del actual, y la línea de costa no coincidía con la presente. Prácticamente desapareció todo el bosque, y nuestros altiplanos se convirtieron en una inmensa estepa barrida por el viento en la que pastaban las manadas de caballos. Los hombres prehistóricos de las tierras del interior peninsular solo verían algunos rodales de pinos y de abedules. También formarían parte de sus vidas las indómitas sabinas. Pero en los valles más bajos y protegidos, y en refugios costeros, se acantonaban los últimos bosques templados y mediterráneos, que repoblarían la Península al terminar la glaciación.

Aquellos dilatados y rudos paisajes esteparios ya no existen, salvo en las altas alcarrias o en las tierras más secas, donde del hombre moderno ha eliminado los árboles. En esos territorios, como diría el jefe Diez Osos, el viento aún vaga libre y nada se interpone en el camino del sol.

Tenemos mudos testigos del frío en los fósiles, en las montañas y en las pinturas rupestres. La Península también guarda memoria de aquella gran glaciación. Confieso que entre las faunas prehistóricas siento debilidad por las especies que indican ambientes muy fríos, porque me transportan a las tierras del Gran Norte, a las tundras y taigas próximas al Polo. Los renos se movieron por el norte de la península, y posiblemente también por la Meseta, pero los mamuts y los rinocerontes lanudos llegaron todavía más abajo. Hay fósiles de los segundos en Madrid, aunque no conocemos su antigüedad, y restos de mamuts al sur de Granada, fechados en 35.000 años, cuando todavía vivían los neandertales. Estos rinocerontes lanudos y mamuts españoles son los más meridionales conocidos en toda Eurasia.

Otro impresionante recuerdo de la última glaciación lo tenemos en las montañas, y en todas las grandes cordilleras de la Península. Son los glaciares, que se extendieron mucho, y cuyas huellas, por ser tan recientes, se conservan muy bien. Amén de que todavía nos quedan, aunque muy reducidos, algunos glaciares “vivos" en los Pirineos. No necesitamos desplazarnos mucho para ver cómo los viejos glaciares modelaron el paisaje, labrando valles como el de Ordesa – o excavando hoyas si eran más modestos-, puliendo las rocas, y acumulando depósitos de piedras llamados morrenas. Gran parte de los españoles tenemos algún buen ejemplo cerca de casa. Los madrileños sólo tienen que acercarse a la Sierra de Guadarrama, sobre todo al sector de Peñalara, para verlos, y si viajan hasta la cercana Sierra de Gredos, la recompensa sería aún mayor.

Y por supuesto, está el arte prehistórico, tanto en forma de pequeñas esculturas e instrumentos decorados de hueso y asta, como en pinturas y grabados, bien en placas de piedra, en cuevas o al aire libre. Aquí tenemos una manifestación del espíritu humano que no se les conoce a los neandertales, y tal vez revele una diferencia sustancial en el tipo de mente. Yo no creo que los neandertales carecieran de capacidad simbólica; sabemos que enterraban a sus muertos y yo les supongo dotados de lenguaje, pero es posible que su imaginación y su creatividad no llegaran tan lejos.

Hay multitud de estaciones de arte rupestre a disposición de los españoles inquietos y curiosos, y debemos acercarnos a ellas y llevar a nuestros hijos a que las conozcan. Cuanto antes. Altamira es por méritos propios la más famosa, pero a mí me han emocionado igualmente otros muchos de estos lugares sagrados. Tantos que renuncio de antemano a hacer una lista de preferencias, entre otras cosas porque cuenta, y de qué manera, la actitud con la que uno se acerca al arte prehistórico, como a cualquier otra manifestación artística, y el estado de ánimo no siempre es el mismo. Pero puedo asegurar que todas las rocas pintadas y grabadas que he visto en mi vida han dejado en mí una huella imborrable.

Entre las estaciones al aire libre, es imprescindible visitar los conjuntos de Foz Côa, en Portugal, y Siega Verde en Salamanca. Y hay además una cueva en Cantabria, llamada La Garma, que no puedo dejar de mencionar porque, aunque no está abierta al público, nos transporta directamente al mundo del paleolítico. Su entrada se cerró en aquel entonces y ha llegado hasta nosotros intacta, con sus suelos cubiertos de restos de comida y de instrumentos, sus estructuras de habitación y sus paredes espléndidamente pintadas. El tiempo se ha detenido en La Garma.

Hace unos diez mil años terminó la glaciación, y entonces el paisaje empezó a poblarse de árboles, salvo en las montañas más altas, y adquirió su fisonomía actual. O mejor, la que tenía antes de que los primeros agricultores y ganaderos empezaran a abrir, pocos milenios después, claros en los bosques para sus cultivos y sus animales domésticos. Los últimos cazadores y recolectores explotaban todos los recursos disponibles, tanto marinos como terrestres. Ésa fue la época en la que la naturaleza salvaje proporcionó más calorías a los seres humanos.

La adopción de la economía de producción, agrícola y ganadera, se fue abriendo paso en la Península, y cada vez eran menos los que vivían exclusivamente de la caza y de la recolección. El rendimiento del terreno, naturalmente en términos de calorías para los humanos, era mayor con la agricultura y la ganadería, y por eso las sociedades con economía productiva se fueron haciendo más y más numerosas. Seguramente hubo conflictos entre unos y otros, y éste es otro tema precioso de la prehistoria ibérica. De esa época en la que se iba extendiendo la nueva economía, y desaparecía la vieja, son las famosas pinturas del llamado Arte Levantino, que se encuentran en gran parte del litoral mediterráneo y profundizan mucho hacia el interior peninsular. Un espléndido conjunto, muy digno de visitarse con calma, es el del barranco de la Valltorta, en Tirig, Castellón, pero hay otros muchos. Son pinturas bellísimas realizadas en abrigos, muy diferentes del arte de la época de la glaciación. Aparecen en ellas arqueros y danzantes, escenas de caza y de recolección. La prehistoria no termina con ellas, pero tal vez sea éste de los últimos cazadores un buen momento de poner el punto final a nuestro viaje por la Iberia auténticamente salvaje.

CODA: Durante los meses de Junio y Julio del año 2007 se encontró una mandíbula en el yacimiento de la Sima del Elefante (Atapuerca) que se aproxima al millón y medio de años.



Texto nº 2

Descripción de Gadir


“del lado que mira al mar se eleva y forma, en medio de la costa, una curva terminada en dos promontorios, en uno de los cuales hay una ciudad floreciente del mismo nombre que la isla, y en el otro, un templo de Hércules egipcio (…) construido por los tirios; su santidad estriba en el hecho de que guarda las cenizas (de Hércules); los años que tiene se cuentan desde la guerra de Troya”
Plinio el Viejo, S. I. d. C.






Texto nº 3

Consecuencias de las colonizaciones 

"Los efectos de las colonizaciones púnica y griega se pueden observar de manera más evidente en los aspectos culturales: la imitación de formas artísticas griegas y orientales por parte de los indígenas de la zona sur y oriental. La aparición de sistemas de escritura basados en los alfabetos fenicio y griego, aunque con algunas particularidades del sistema de escritura indígena, no se pueden explicar por la copia directa de estos alfabetos.
Hubo sin embargo, otras influencias más profundas y menos visibles aparentemente. Entre ellas puede considerarse el conocimiento del cultivo de algunas plantas, la ampliación del uso del trabajo esclavo( ... ) El aprendizaje de nuevas técnicas, tanto en la agricultura como en la artesanía, por ejemplo, el torno de alfarero( ... )el perfeccionamiento de las técnicas de extracción de minerales, el estímulo en el establecimiento de ciudades con todos los elementos que constituían la ciudad antigua, y el uso de la moneda acuñada que facilitaba las transacciones comerciales y puso en contacto a los indígenas con una economía monetaria.
Estas influencias se limitaron, claro está, a las zonas costeras del sur y este de la Península y al Valle del Guadalquivir, y permitieron que se consolidaran y aceleraran en su desarrollo fenómenos que habían surgido dentro de las organizaciones sociales de aquellas zonas ( ... ) Un ejemplo de ello lo constituye Tartessos, cuyo centro de gravedad político se encontraba con toda probabilidad en el curso bajo del Guadalquivir. ( ... ) Es indudable que estos contactos aceleraron el proceso de formación de este Estado y le dieron una fisonomía particular. Por otra parte, también sería el contacto con los pueblos colonizadores lo que terminaría con la existencia política del Imperio tartésico.
La dominación cartaginesa de la Península tuvo un carácter muy diferente de la colonización fenicia, sobre todo después de la Primera Guerra Púnica. Como se ha visto, la política cartaginesa no se limitó a conseguir productos por medio del comercio (, .. ) sino que tendió a la explotación directa de los territorios conquistados ( ... )
Aunque las colonizaciones, aun en su aspecto más pacífico y comercial, significaron una explotación de los indígenas, explotación posible a causa de su menor desarrollo, fueron también un elemento positivo que contribuyó a afianzar en ciertas zonas de la Península formas de vida avanzadas de las que existían en otras regiones del país. El efecto de las colonizaciones se haría sentir, por lo tanto, en la diferencias existentes en el desarrollo de las diversas regiones peninsulares a partir de entonces."

M. VIGIL: Hª de España. Ed. Alfaguara

Texto nº 4
Particularidades de los pueblos prerromanos
"Había unas diferencias enormes entre las estructuras económicas, sociales y políticas de los pueblos de las diferentes regiones del país. En el este y sur y en parte en el Valle del Guadalquivir y del Ebro, se había desarrollado, en contacto con los colonizadores griegos y púnicos una forma de vida ciudadana semejante en sus elementos estructurales a la que tenían los mismos romanos. Por consiguiente, fue para éstos muy fácil conquistar y asimilar a la población de estas regiones. Las diferencias de régimen político, monarquías o repúblicas, no eran elementos estructurales fundamentales que impidieran o favorecieran su asimilación por parte de Roma.
En el centro de la Península las grandes confederaciones tribales, asentadas, ya en territorios más o menos fijos, habían comenzado a desarrollar una serie de elementos que des integraban las organizaciones tradicionales: la aristocracia gentilicia, la vida urbana incipiente, etc. La conquista romana de estos territorios favorecía esta desintegración.
En las regiones septentrionales el nivel de desarrollo era muy primitivo no sólo en comparación con el resto de las organizaciones sociales indígenas. La vida urbana era inexistente en 'estas regiones y los romanos no consiguieron desarrollarla porque no hubo una transformación profunda de las estructuras de la organización socio-económica de estos pueblos.
La forma de estar constituidos los pueblos prerromanos influiría de manera decisiva en la evolución peculiar que tendría cada región en la época romana. Se pueden observar con facilidad por debajo de la organización romana uniforme, contrastes muy marcados entre unas regiones y otras.
( ... ) Estas diferencias explican la mayor o menor resistencia que opusieron los diversos pueblos prerromanos a los conquistadores y, como hemos dicho, la dispar evolución de las diversas regiones peninsulares después de la conquista romana."
M. VIGIL: Hª  de España. Ed. Alfaguara.

 Texto nº 5

Sobre las causas de la conquista romana
Al enjuiciar los móviles que llevaron a la extraordinaria extensión del dominio romano, los autores suelen poner en primer término la preocupación mercantil o el interés militar. En el caso concreto de España, la primera conquista de Roma constituyó un episodio más de la 2ª Guerra Púnica Pero vencida Cartago y eliminada del país por el Tratado del año 201, los romanos no pensaron en abandonarla. No fue ajeno a esta decisión el valor económico de la Península, en especial de sus minas. Con todo, las razones fueron más de orden polí­tico y militar que económico. Evacuar España era brindar la recuperación a los cartagineses. Contra este peligro, sólo había una solución: la ocupación permanente, al menos en lo que se refiere a la fachada mediterránea. La penosa marcha hacia el interior del territorio, de la que las guerras celti­béricas y lusitanas constituyen los episodios más conocidos, se emprendió a pesar de la repugnancia de Roma a extender su acción en España.
Vicens-Vives: Hª Económica de España. Ed. Vicens-Vives
La intervención romana en la Península fue, al comienzo, una consecuencia de la rivalidad romano-cartaginesa por la hegemonía en el Mediterráneo occidental. Pero, a partir de esta intervención inicial, la Península entrará en la esfera de la expansión de Roma que irá conquistando poco a poco sus territorios. La explotación de éstos y de los pueblos que los habitaban, era necesaria a la sociedad romana en aquellos momentos de gran expansión interior y exterior. Se necesitaban esclavos para trabajar la agricultura y la industria en Ita­lia, se necesitaban metales. Los generales podían hacer gran­des fortunas explotando a los indígenas, los miembros del orden ecuestre podían hacer fabulosos negocios alquilando los impuestos de los nuevos territorios y monopolizando su comer­cio, y al erario público podían ir grandes cantidades de dinero necesario para las guerras de conquista que el estado romano se veía obligado a hacer para mantener un ritmo cons­tante de acumulación de riqueza en manos de los grupos domi­nantes de la sociedad romana.
Marcelo Vigil: Hª de España. Ed. Alfaguara


Texto nº 6

Asedio de Numancia

Escipión edificó siete fuertes alrededor de la ciudad y comenzó el asedio...; posteriormente designó los jefes de cada una de estas partes, dando al mismo tiempo la orden de rodear la ciudad con un foso y una valla... Cuando hubo concluido esta obra, de forma que si el enemigo intentaba algo podía ser fácilmente rechazado, un poco más allá de esta fosa y a poca distancia construyó otra, guarneciéndola de estacas y con un muro de ocho pies de ancho y diez de alto, sin contar las almenas.
Se levantaron también torres por todas partes, a cien pies de distancia unas de otras, y al no ser posible cercar la laguna próxima, construyó a través de ella de la misma anchura y altura para suplir la muralla.
Apiano, Iberia,90
Texto nº 7

Guerra contra Astures y Cántabros
 
Augusto combatió contra los astures y los cántabros; pero como éstos ni se les acercaban, resguardándose siempre en sus picachos, ni se ponían a su alcance, a causa de su inferioridad numérica y también por usar la mayoría de ellos armas arrojadizas, causándole además muchas molestias si alguna vez se ponía en camino, ocupando los lugares favorables y emboscándose en las hondonadas y en los bosques, se encontró en un embarazo extremo. La fatiga y las preocupaciones le hicieron enfermar y tuvo que retirarse a Tarragona para reponerse. Cayo Antistio continuó la lucha y la llevó a un término completo, no porque fuese mejor general que
Augusto, sino porque los bárbaros, despreciándole, salieron al encuentro de los romanos y fueron derrotados. Así éste tomó algunas ciudades y después Tito Carisio conquistó la ciudad de Lancia, que había sido abandonada, y sometió muchas otras.
Terminada esta guerra. Augusto licenció a los más veteranos de sus soldados y les concedió que fundasen una ciudad en Lusitania, llamada Emérita Augusta... De los cántabros no se cogieron muchos prisioneros; pues cuando desesperaron de su libertad no quisieron soportar más la vida, sino que incendiaron antes sus murallas, unos se degollaron, otros quisieron perecer en las mismas llamas, otros ingirieron un veneno de común acuerdo, de modo que la mayor parte y la más belicosa pereció. Los astures, tan pronto como fueron rechazados de un lugar que asediaban y vencidos después en batalla, no resistieron más y se sometieron en seguida. Agripa se trasladó a Hispania. Pues los cántabros hechos prisioneros en la guerra y vendidos como esclavos, asesinaron a sus dueños y se fueron a sus casas; convenciendo a muchos, tomaron y fortificaron unas posiciones y se prepararon a asaltar las guarniciones romanas. Al marchar Agripa contra ellos... a éstos pudo reducirlos rápidamente a la disciplina... pero contra los cántabros sufrió bastantes contratiempos. Pues su esclavitud con los romanos les había dado experiencia y sabían que, de ser cogidos, ni tan sólo salvarían la vida.

Dión Casio, Historia Romana,53,22,5-56,43,3
Texto nº 8

Riqueza de Iberia

A tanta riqueza como tiene esta comarca se añade la abundancia de minerales. Ello constituye un motivo de admiración; pues si bien toda la tierra de los íberos está llena de ellos, no todas las regiones son a la vez tan fértiles y ricas, y con más razón las que tienen abundancia de minerales, y que es raro se den ambas cosas a un tiempo, y raro es también que en una pequeña región se halle toda clase de metales. Pero la Turdetania y las regiones vecinas abundan en ambas cosas... Hasta ahora, ni el oro, ni la plata, ni el cobre, ni el hiero... se han hallado en ninguna parte de la tierra tan abundantes y excelentes.
Estrabón , Geografía, III,2,8 (64 a.C. y 21 d.C.)
Texto nº 9
El pacto de Tudmir o Teodomiro

"En el Nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso. Edicto de ‘Abd al-‘Aziz ibn Musa ibn Nusair a Tudmir ibn Abdush [Teodomiro, hijo de los godos]. Este último obtiene la paz y recibe la promesa, bajo la garantía de Allah y su Profeta, de que su situación y la de su pueblo no se alterará; de que sus súbditos no serán muertos, ni hechos prisioneros, ni separados de sus esposas e hijos; de que no se les impedirá la práctica de su religión, y de que sus iglesias no serán quemadas ni desposeídas de los objetos de culto que hay en ellas; todo ello mientras satisfaga las obligaciones que le imponemos. Se le concede la paz con la entrega de las siguientes ciudades: Uryula [Orihuela], Baltana, Lakant [Alicante], Mula, Villena, Lawraka [Lorca] y Ello. Además, no debe dar asilo a nadie que huya de nosotros o sea nuestro enemigo; ni producir daño a nadie que huya de nosotros o sea nuestro enemigo; ni producir daño a nadie que goce de nuestra amnistía; ni ocultar ninguna información sobre nuestros enemigos que puede llegar a su conocimiento. El y sus súbditos pagarán un tributo anual, cada persona, de un dinar en metálico, cuatro medidas de trigo, cebada, zumo de uva y vinagre, dos de miel y dos de aceite de oliva; para los sirvientes, sólo una medida. Dado en el mes de Rayab, año 94 de la Hégira [713]. Como testigos, ‘Uzmán ibn Abi ‘Abda, Habib ibn Abi ‘Ubaida, Idrís ibn Maisara y Abul Qasim al-Mazáli."
Ibn Adarí. Historiador andalusí. "Kitab al-bayán al-mugrib fi ajbar muluk al Andalus wa l-Magrib".

Texto nº 10

Textos comparados de la Batalla de Covadonga

 a. La batalla de Covadonga vista por los cristianos
"Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Aseuva, y el ejército de Alqama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva (…). Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos. Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar contra los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividió en dos su hueste, y allí mismo fue, al punto, muerto Alqama y apresado el obispo Oppas. En el mismo lugar murieron 124.000 caldeos, y los 63.000 restantes subieron a la cumbre del monte Aseuva y, por un lugar llamado Amuesta, descendieron a la Liébana. Pero ni éstos escaparon de la venganza del Señor
b. La batalla de Covadonga vista por los musulmanes
"Dice Isa ben Ahmad al-Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim al-Qalbi, se levantó en tierras de Galicia un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos de al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder (…). Los islamitas, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de sus país (…) y no había quedado sino la roca donde se refugia el rey llamado Pelayo con trescientos hombres. Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían que comer sino la miel que tomaban de la dejada por la abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo «Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?". 
Al-Maqqari, Nafh al-tib (s. XVII)

Texto nº 11
La Jornada del Foso de Toledo.  (Según Ibn Fal Allāh Al-‘Umarīam)

     “Ibn Zāfir narró en la Siyāsat al-Mulūk un relato que mostraba la inexpugnabilidad de Toledo, cuyo resumen dice así: Desde su conquista, fue siempre foco de discordia y rebeldía por su inaccesibilidad, pues estaba construida sobre un monte redondeado que forma una circunferencia estelar como la del caracol marino, con altas murallas y profundos fosos. Su rio la rodea, girando alrededor de ella. De la misma anchura que el Nilo, sobre él hay un puente de antigua construcción, única vía de transito posible. Las cosechas se conservan aquí durante ochenta años, pues el paso del tiempo no hace sino proporcionarles mayor consistencia y pureza. Tiene muchas fortalezas muy bien fortificadas, habitadas por muladíes a los que mueve una misma actitud de rebeldía.
     Los reyes de al-Andalus intentaron dominar a sus habitantes, colmándoles de favores unas veces y lanzando contra ellos algaradas otras, pero su actitud no se corregía, de manera que los ulemas emitieron una fatua favorable a combatirlos y matar a aquellos de sus guerreros que cayeran en sus manos. Sin embargo, continuaron debatiéndose entre la obediencia y la rebelión hasta el reinado de Al-_Akam, que nombró gobernador de los toledanos a ‘Amrūs ben Yūsuf, (el Muladí), un hombre astuto al que confió sus intenciones.

     A través de él les hizo llegar una misiva en la que decía: “Lo que os ha llevado a vuestra situación actual es el hecho de que vuestros gobernadores no eran de vuestro origen. Os doy por gobernador a ‘Amrūs ben Yūsuf, un muladí como vosotros”. Este los estuvo presionando hasta ponerlos de su parte. Les hizo creer que temía a Al-_Akam y no dejó de insistir hasta que quedaron firmemente convencidos de ello. Reunió luego a sus notables y les dijo: “Ya sabéis que deseo que perdure el pacto establecido entre nosotros, pero temo que algún miembro de mi tropa haga algo que provoque rechazo en alguno de los vuestros, debido al trato que mantenéis en las calles y en las casas. He pensado construir en alto –y señaló un monte situado en el centro de la ciudad– una fortaleza que nos de asilo a ellos y a mí”. Aquellos consideraron que se trataba de una buena idea, de manera que comenzó a levantarla hasta concluirla y luego la rodeo de una muralla. Dispuso para él en el interior un gran palacio y paso a habitar el recinto junto con su tropa.

     Luego escribió a Al-Akam en secreto informándole de lo que había planeado y, cuando este supo que la estratagema ya estaba preparada, envió a su hijo Abd al-Rahmān al frente de un ejército como si se tratara de una expedición contra la Marca Superior. Se puso en camino hasta acampar en las cercanías de Toledo. ‘Amrūs reunió entonces a los notables de la ciudad y les dijo: “Este joven se encuentra cerca de nosotros. Es conveniente que salgamos a su encuentro y le invitemos a entrar en nuestra ciudad en compañía de su séquito para ofrecerle nuestra hospitalidad y ponernos a su servicio”. Ellos contestaron: “Sí, es preciso que lo hagamos”. Así, partió con ellos a su encuentro y, cuando estuvieron cerca de él, [el príncipe] cabalgó hasta ellos acompañado de sus más allegados y salió a recibirlos, dispensándoles grandes honores. Una vez dentro de su pabellón, les dio una grata acogida y manifestó la satisfacción que le producía su presencia. Le pidieron entonces que entrara [en la ciudad] para ofrecerle su hospitalidad. El rehusó, pero, ante lo reiterado de su petición, terminó aceptando. Se puso en marcha junto a ellos, instalándose con el séquito que lo acompañaba en el palacio de ‘Amrūs. Le fueron ofrecidos algunos presentes y el, por su parte, les obsequió con numerosas vestiduras.

     Escribió a su padre informándole del testimonio de respeto que le habían ofrecido, a lo que este respondió con muestras de enorme gratitud y alabanza para los toledanos. Más tarde, Al-_Akam escribió a su hijo ‘Abd al-Rahmān comunicándole que sus hermanos menores habían sido circuncidados y que, con ese motivo, había celebrado un banquete para los cordobeses. “Haz tu también lo mismo”, le dijo. Se dispuso entonces a prepararlo, reuniendo los animales que sacrificaría y convocando a las gentes para el día señalado. Los toledanos acudieron muy de mañana para estar presentes en el banquete. Cuando todos estuvieron reunidos en el salón de sesiones, se les invitó a pasar a otra sala en la que se hallaban ‘Abd al-Rahmān y ‘Amrūs junto con sus hombres de confianza. Nada más llegar allí la emprendieron con ellos a sablazos, mazazos y puñaladas hasta acabar con todos. Luego los arrojaron a un foso que allí había. ‘Abd al-Rahmān continuó después recibiendo a multitud de ellos, de manera que, cada vez que llegaba un grupo, se hacía con el exactamente lo mismo.

     Y esto se prolongó de este modo hasta que, llegado el mediodía, se presentaron los que aun no habían acudido. Entre ellos había un hombre muy astuto que, al acercarse a la fortaleza, comenzó a sospechar y se dio cuenta del daño que se estaba cometiendo. Sin descender de la montura, dijo a sus compañeros: “¿Que les ha ocurrido a los nuestros? ¿Cómo es que veo que la gente va pero luego no regresa?. ¿Acaso alguno de nosotros se ha encontrado con alguien que haya salido y le ha oído hablar de este banquete y de los agasajos recibidos por los asistentes?”. Luego levantó la cabeza hacia arriba y, viendo la emanación de la sangre, exclamó: “¡Avergonzaos, toledanos!, la espada ha sacado hoy buen provecho de todos vosotros. Habéis caído sobre ella como caen las moscas en la miel o las mariposas en el fuego. ¡Desgraciados!, mirad al cielo!”. Observaron entonces el palacio, que estaba rodeado de una humareda roja. El les dijo: “¡Maldita sea! Se trata del vapor de la sangre y no del de la comida, pues esto es de color rojo y el de la comida tiene color azul”. Luego puso al galope a su caballo y escapó.

     Las gentes huyeron también y los soldados cargaron contra ellas con sus espadas, que resplandecían como un relámpago centelleante, hasta el punto de que, desde entonces, ‘Abd al-Rahmān sufrió de estrabismo en los ojos. La matanza continuó hasta que no quedo ningún valiente a quien temer. Toledo se mantuvo fiel a sus gobernadores, que, de no ser por esta artimaña, no habrían podido dominarla”.

Texto nº 10

La colonización en el norte de castilla: la Presura (año 800)

 "En el nombre del señor. Yo, el abad Vitulo, el mas indigno siervo de los siervos de Dios, junto con Ervigio, presbítero, hemos construido con nuestras propias manos una Basílica en honor de San Emeterio y S. Celedonio en el lugar que llaman Taranco, en el territorio del valle de Mena. También hemos levantado una iglesia en honor de S. Martín, en el territorio de Castilla... De acuerdo con lo que se dice en las escrituras, entregad los bienes terrenos y adquirid los celestiales, y puesto que todo lo que tenemos te lo debemos a ti, Señor, entregamos cuanto tenemos y lo que en el futuro podamos ganar a las mencionadas iglesias: caballos, yeguas, bueyes... y todas nuestras presuras, pues hicimos cultivos, plantamos y edificamos, casas, graneros, hórreos, lagares, huertos, molinos, viñas...

Como queda dicho hicimos presuras y extendimos los cultivos en Taranco, en los términos que se extienden... (Delimitación de términos...)
( ... ) sigue una relación de presuras en otras zonas próximas...

Hecha esta escritura en la era 838, reinando el príncipe Alfonso en Oviedo."


Texto nº 11
La sociedad dividida en tres "órdenes"

 "Defensores son uno de los tres estados por que Dios quiso que se mantuviese el mundo. Ca bien assi como los, que ruegen a Dios por el pueblo son dichos oradores, e otrosi los que labran la tierra e fazen en ella aquellas cosas por que los homes an de vivir e de mantenerse son dichos labradores. Otrosi los que han a defender a todos son dichos defensores. E por ende los omes que tal obra han de fazer tovieron por bien los antiguos que fuesen mucho escogidos. E esto fue porque en defender yazen tres cosas: esfuerzo, e honrra e poderio."
                Recogido de las "Partidas" de Alfonso X el Sabio.

Texto nº 12

Carta de inmunidad, concedida por Alfonso III al Monasterio de San Fagun (Sahagún)  (año 904)

 "Alfonso, al abad Alfonso y a todos los hermanos de la congregación de la Iglesia de los santos Fecundo y Primitivo, del monasterio del Cea. Os concedemos facultad de mando sobre todos los hombres que habitan en la villa de Zacarías, en el lugar de Calzada, y sobre todos los que puedan acudir allí para habitar en el futuro, de tal modo que acudan a vuestras disposiciones para todo lo que sea útil a la iglesia, y lo que ordenéis lo cumplan sin excusa."
 
Texto nº 13

Relaciones sociales en el campo: un ejemplo del siglo XIII.

Fuero de San Llorente del Páramo concedido por su señor ( el abad de Sahagún ) a sus vasallos.

"Mandamos que todos los hombres moradores en Sant Llorente del Páramo por cada uno de los suelos que tenedes que dedes cada año a la fiesta de Sant Martín dos soldos y dos quartas de pan por enforciones.

 E por las heredades que tenedes mandamos que desdes siete sernas cada año con vuestros cuerpos los que non ovierdes bueys e los que los ovierdes bueys con los bueys e un ombre que vaya con ellos, que sea conveniente para la serna. Estas sernas sean dadas en esta guisa: las dos sean al trillar e denlas en quinze días, e las otras dos al segar, e denlas en otros quinze días, e la otra serna sea a traer el pan a San Fagun. E que vos den a comer: las primeras dos sernas pan e vino e carne; en las segundas dos sernas pan e vino e conducho, así como lo usasteis fasta aquí e si fuer mejorado que no sea empeorado; en la serna que fizierdes quando trozierdes el pan a Sant Fagun, cuando tornades a vuestras casas que les de el nuestro casero pan e vino e conducho, segun en las otras sernas.

 Si alguno se ir quisiera de la villa venda las casas e la heredat a otro nuestro vasallo de San Llorente del Páramo: las casas fasta nueve dias e la heredat fasta cabo de un año. En este año faga los fueros por ella. E si en este año non la vendier a nuestro vasallo finque la heredat en palacio. E si en los nueve dias que ha de vender las casas non las vendier, tome todo su mueble y las puertas y la mitad de la techumbre de las casas, y la otra mitad finque en palacio."
                A. García Gallo: Antología de textos jurídicos.
Texto nº 14
 
Expansión de la ganadería lanar: Alfonso X y la Mesta

 "Don Alfonso, por la gracia de dios rey de Castilla... porque los pastores del conçeio de la Mesta se querellaron... tuve por bien ordenar...
 Primeramente mando que si alguno o algunos mataren pastor yendo o viniendo por cannada, que aquél, o aquellos que lo mataran, que pechen quinientos maravedíes de los buenos.

 E mando, que si lo firieren o prendieren, aquel o aquellos que lo firieren o prendieren, pechen çiento maravedíes desta moneda mesma.
 E que qualquier que quebrantaren en las cannadas o en las carreras, que peche çient maravedíes de los buenos.

E a qualquier o qualesquier que fisieren dehesas de nuevo, sin mandado del rey, que peche çien maravedíes de los buenos e la dehesa que sea desecha...
   E otrosí, qualquier que quebrantare cabanna, peche çien maravedís.
   E otrosí, qualquier que matare carnero ençençerrado o oveja peche çincuenta maravedíes.
   E qualquier que tomare murueco, peche çincuenta maravedíes.

 E las fuerças e las tomas que fueren fechas o tomadas o forçadas a los pastores o a qualquier de ellos, mando que ge les fagan los alcalles e los entregadores pechar con el tres tanto.

 E mando que el entregador a los entregadores que abran cannadas que fallaren labradas o çerradas, que prendan por las calonnas sobre dichas aquellos que ge los fallaren que las quebrantan o labraron en ellas. E la medida cuanto ha de aver en la cannada es a saber: seys sogas de marco, de cada quarenta e çinco palmos."

Texto nº...

EL GRAN MEMORIAL, PRESENTADO AL REY POR EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES

“(…) Tenga V. M. por el negocio más importante de su Monarquía, el hacerse Rey de España; quiero decir, Señor, que no se contente V. M. con ser Rey de Portugal, de Aragón, de Valencia, Conde de Barcelona, … sino que trabaje y piense con consejo mudado y secreto, por reducir estos reinos de que se compone España, al estilo y leyes de Castilla sin ninguna diferencia, que si V. M. lo alcanza será el Príncipe más poderoso del mundo.

Conociendo que la división presente de leyes y fueros enflaquece su poder y le estorba conseguir fin tan justo y glorioso, y tan al servicio de nuestro señor, extender la Religión Cristiana, y conociendo que los fueros y prerrogativas particulares que no tocan en el punto de la justicia (que ésa en todas partes es una y se ha de guardar) reciben alteración por la diversidad de los tiempos y por mayores conveniencias se alteran cada día y los mismos naturales lo pueden hacer en sus cortes, (…) se procure el remedio por los caminos que se pueda, honestando los pretextos por excusar el escándalo, aunque en negocio tan grande se pudiera atropellar por este inconveniente, asegurando el principal. (…).

Tres son, Señor, los caminos que a V. M. le pueden ofrecer la ocasión (…)
El primero, Señor, y el más dificultoso de conseguir (pero el mejor pudiendo ser) sería que V. M. favoreciese los de aquel reino, introduciéndolos en Castilla, casándolos en ella, y los de acá, allá y con beneficios y blandura, los viniese a facilitar de tal modo, que viéndose casi naturalizados acá con esta mezcla, por la admisión a los oficios y dignidades de Castilla, se olvidasen los corazones de manera de aquellos privilegios que, por entrar a gozar de los de este reino igualmente, se pudiese disponer con negociación esta unión tan conveniente y necesaria.
El segundo sería, si hallándose V. M. con alguna gruesa armada y gente desocupada, introdujese el tratar de estas materias por vía de negociación, dándose la mano aquel poder con la inteligencia y procurando que, obrando mucho la fuerza, se desconozca lo mas que se pudiere, disponiendo como sucedido acaso, lo que tocare a las armas y al poder.
El tercer camino, aunque no con medio tan justificado, pero el más eficaz, sería hallándose V. M. con esta fuerza que dije, ir en persona como a visitar aquel reino donde se hubiere de hacer el efecto, y hacer que se ocasione algún tumulto popular grande y con este pretexto meter la gente, y en ocasión de sosiego general y prevención de adelante, como por nueva conquista asentar y disponer las leyes en conformidad con las de Castilla y de esta misma manera irla ejecutando con los otros reinos.(…)

El mayor negocio de esta monarquía, a mi ver, es el que he representado a V. M. y en qué debe V. M. estar con suma atención, sin dar a entender el fin, procurando encaminar el suceso por los medios apuntados.”

Tomado de DÍAZ PLAJA, F.: La Historia de España en sus documentos: El siglo XVII. Madrid, 1.957, pp. 119-121

Texto nº...

Prat de la Riba y las "Bases de Manresa"

Poder central.
Base 1.ª. Sus atribuciones. Quedarán a cargo del Poder central:
a) Las relaciones internacionales.
b) El ejército de mar y tierra, las obras de defensa y la enseñanza militar.
c) Las relaciones económicas de España con los demás países y en consecuencia fijar los aranceles y el capítulo de Aduanas.
d) La construcción y conservación de carreteras, ferrocarriles, canales y puertos que sean de interés general. En los de interés interregional podrán ponerse libremente de acuerdo las regiones interesadas con intervención del poder central solo en caso de desacuerdo. Las vías de comunicación de interés regional serán de exclusiva competencia de las regiones: Idéntico criterio se seguirá en los servicios de Correos y Telégrafos.
e) La resolución de todos los problemas y conflictos interregionales.
f) La formación del presupuesto anual de gastos que, en lo que no alcancen las rentas de Aduana, deberá distribuirse entre las regiones en proporción de su riqueza.
Poder regional.
Base 2.ª. En la parte dogmática de la constitución regional catalana mantendrá el temperamento expansivo de nuestra antigua legislación, reformando, para ponerlas de acuerdo con las nuevas necesidades, las sabias disposiciones que contiene respecto a los derechos y libertades de los catalanes.
Base 3.ª. La lengua catalana será la única que podrá usarse con carácter oficial en Cataluña y en las relaciones de esta región con el poder central.
Base 4.ª. Sólo los catalanes, tanto los de nacimiento como los que lo sean por naturalización, podrán desempeñar cargos públicos en Cataluña, incluidos los gubernativos y administrativos que dependan del poder central. También deberán ser desempeñados por catalanes los cargos militares que comporten jurisdicción.
Base 5.ª. La división territorial en la que se desarrolla la graduación jerárquica de los poderes gubernativo, administrativo y judicial, tendrán como base la comarca natural y el Municipio.
Base 6.ª. Cataluña será la única soberana de su gobierno interior, por tanto dictará libremente sus leyes orgánicas; cuidará de su legislación civil, penal, mercantil, administrativa y procesal; establecimiento y percepción de impuestos; acuñación de moneda y tendrá todas las demás atribuciones inherentes a la soberanía y que no correspondan al poder central según la Base 1.ª.
Base 7.ª. El poder legislativo regional radicará en las Cortes catalanas que deberán reunirse cada año en época determinada y en lugar distinto. Las Cortes se formarán por sufragio de todos los cabezas de familia, agrupados por clases fundadas en el trabajo manual, en la capacidad o en las carreras profesionales y en la propiedad, industria y comercio a través de la correspondiente organización gremial donde sea posible.
Base 8.ª. El poder judicial se organizará restableciendo la antigua Audiencia de Cataluña; sus presidente y vicepresidente nombrados por las Cortes constituirán la suprema autoridad judicial de la región y se establecerán los tribunales inferiores que fueren necesarios, debiendo fallarse en un periodo de tiempo determinado y en última instancia dentro de Cataluña todos los pleitos y causas. Se organizarán jurisdicciones especiales como la industrial y la comercial. Los funcionarios del orden judicial serán responsables.
Base 9.ª. Ejercerán el poder ejecutivo cinco o siete altos funcionarios nombrados por las Cortes, los cuales estarán al frente de las diversas ramas de la administración regional.
Base 10.ª. Se reconocerá a la comarca natural la mayor latitud posible de atribuciones administrativas para gobernar sus intereses y satisfacer sus necesidades. En cada comarca se organizará un Consejo, nombrado por los municipios de la misma, el cual ejercerá las atribuciones citadas.
Base 11.ª. Se concederá al municipio todas las atribuciones que necesita para el cuidado de sus propios y exclusivos intereses. Para la elección de los cargos municipales se seguirá el mismo sistema de representación por clases adoptado para la formación de Cortes.
Base 12.ª. Cataluña contribuirá a la formación del ejército permanente de mar y tierra por medio de voluntarios o bien por una compensación en metálico convenida de antemano como antes de 1845. El cuerpo de ejército que corresponda a Cataluña será fijo y a él deberán pertenecer los voluntarios con que contribuya. Se establecerá con organización regional la reserva a la que quedan sujetos todos los muchachos de una edad determinada.
Base 13.ª. La conservación del orden público y seguridad interior de Cataluña estarán confiadas al Somatén y para el servicio activo permanente se creará un cuerpo parecido al de Mozos de Escuadra o de la Guardia Civil. Todas estas fuerzas dependerán únicamente del poder regional.
Base 14.ª. En la acuñación de moneda Cataluña deberá sujetarse a los tipos unitarios que convengan las regiones y los tratados internacionales de Unión Monetaria, siendo el curso de la moneda catalana, como la de las restantes regiones, obligatorio en toda España.
Base 15.ª. La enseñanza pública en sus diferentes grados y ramas deberá organizarse de una forma adecuada a las necesidades y carácter de la civilización de Cataluña. Deberá informar los planes de enseñanza, el principio de dividir y especializar las carreras evitando las enseñanzas enciclopédicas.
Base 16.ª. La Constitución catalana y los derechos de los catalanes estarán bajo la salvaguardia del poder ejecutivo catalán y cualquier ciudadano podrá demandar ante los tribunales a los funcionarios que los infrinjan.
Manresa, 27 de marzo de 1892. Por acuerdo de la Asamblea de Delegados de la Unió Catalanista. El Presidente: Lluis Domenech y Montaner. Los Secretarios: Joseph Soler y Palet; Enrich Prat de la Riba.
FUENTE: Ilustració Catalana, 12 de agosto de 1907.

Sabino Arana y su consideración sobre "Bascos y españoles"